MONASTERIO DE LÉREZ, Pontevedra.

3,3 km > 6 min. en coche (Google maps)



El monasterio de San Salvador o San Benito de Lérez fue fundado en el siglo X por los monjes benedictinos. El templo actual es neoclásico con fachada barroca del siglo XVIII en la que se ve la imagen de San Benito en una hornacina. Adosada al muro sur se mantiene un ala del claustro del siglo XVI. En algunos de los sillares de este muro se ven signos lapidarios e inscripciones románicas, de la antigua construcción. Lo más interesante del interior es la capilla de San Benito construida en el año 1700 en la cual puede observarse una hermosa imagen del Salvador. Es costumbre pasar de rodillas por debajo del altar del Santo. En el s. XVI se crea un Colegio de Humanidades y Filosofía en el que destacaron el P. Feijóo y el P. Sarmiento.
EMBALSE PONTILLÓN DE CASTRO,
(Verducido) Pontevedra.
3,4 km > 7 min. en coche (Google maps)


Situado en la parroquia de Verducido, conforma en sí mismo una ruta de esparcimiento en medio natural. Un paseo accesible a pie, en bicicleta y en silla de ruedas rodea el embalse a través de un camino que asciende al monte de O Castro en un área de bosque autóctono recuperado por el Plan Monte Vivo. En total son 3,5 km de sendas al norte del ayuntamiento de Pontevedra, en un espacio en el que se sitúa una pista de competiciones de piragüismo.





PONTEVEDRA
5,4 km > 10 min. en coche (Google maps)











En Pontevedra todo está a un paso. Y hay tanto que ver... Tesoros de verdad, como la colección de orfebrería en oro del Museo de Pontevedra, única en Europa, con joyas espléndidas de más de 4.000 años de antigüedad. Y otras joyas más, la Basílica de Santa María, las Ruínas de Santo Domingo y la Iglesia de San Bartolomé. Pero aun hay más. Parques, alamedas, paseos por el río en plena ciudad y un centro histórico que después del de Santiago, es el más importante de Galicia. Arquitectura en piedra con casas blasonadas y habitadas, fuentes, plazas rebosantes de vida y terrazas con ambiente hasta la madrugada. Esto es vida. En Pontevedra ya no se duerme.

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MONASTERIO DE POIO, Poio.
9,3 km > 14 min. en coche (Google maps)

En el monasterio mercedario de San Juan de Poio destaca la iglesia construida en el siglo XVII y que refleja el gusto por la conjugación de formas clasicistas y barrocas. En su interior existe un bello retablo del siglo XVIII, de estilo churrigueresco, y en la nave izquierda está el sepulcro de Santa Trahamunda (muy venerada en el municipio) También es destacable el claustro de las procesiones (siglo XVI), con una fuente barroca y una original escalera. Y el claustro del cruceiro (siglo XVIII) con su impresionante mosaico del Camino de Santiago de 200 m2. de longitud. También cabe destacar su biblioteca, el museo de mosaicos, la "Escola de Canteiros" o la sede de los cursos de la Universidad de Verano. En la actualidad está dedicado el convento a hospedería turística regida por los monjes.
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PAZO DE LOURIZÁN, Pontevedra.
10,2 km > 18 min. en coche (Google maps)




La finca en donde se ubica hoy el Pazo de Lourizán existe desde el siglo XV y en ella parece ser que hubo una antigua granja de la que hoy tan solo se puede ver el hermoso palomar. Después de ese siglo se debieron construir varias instalaciones residenciales ya que en a principios del siglo XIX lo compra Buenaventura Marcó del Pont a los herederos de Francisco Genaro Ángel, su cuñado. Por aquellos siglos ya existían las fuentes y parte de los jardines y un pazo, el Pazo de Sierra, en referencia a uno de sus antiguos dueños, el Marqués de Sierra.
El espectacular edificio de aire romántico fue construido sobre el anterior a finales del mismo siglo por Genaro de la Fuente Domínguez, el genial arquitecto pucelano que fijó en Vigo su residencia y donde también dejo muestras de su huella arquitectónica. En él destaca su fachada con su gran escalinata de corte imperial con balaustrada y custodiada por estatuas que asciende hasta la puerta principal.

El que fue presidente del Gobierno en la segunda mitad del año 1905, Eugenio Montero Ríos, utilizó este palacio como residencia veraniega y en él se tomaron y se firmaron importantes decisiones políticas, convirtiendo el palacio en centro de reunión de periodistas, intelectuales y artistas.
Montero Ríos fue adquiriendo varias fincas más y fue él quien mandó construir la gran verja de hierro que rodea parte del complejo. Así, Montero Ríos denominó a este parque, el “Parque de las Rías”.
Es por ello que los vecinos conozcan a este conjunto como A Granxa de Montero Ríos. Fue Montero Ríos quién mandó construir la iglesia de Os Praceres en el año 1888 donde están enterrados él y su mujer y en la punta construyó el Pabellón de los Invitados que después pasó a ser el Gran Hotel de Baños de Mar de Los Placeres y que hoy es el Colegio Sagrado Corazón de Jesuso comúnmente llamado O Colexio das Monxas.
COMBARRO, Poio.
11,9 km > 16 min. en coche (Google maps)

Es un pueblo marinero, cercano tanto a la capital de provincia, Pontevedra (7 km), como a otros pueblos reconocidos como Sanxenxo. Lo más destacable es su zona vieja, donde se halla una gran cantidad de hórreos y cruceros, además de la iglesia parroquial. Está declarado bien de interés cultural como Conjunto Histórico y como Sitio Histórico.
Es uno de los pueblos más bonitos no sólo de las llamadas Rías Baixas, si no de toda Galicia. Pueblo marinero y encantador situado apenas a 5 km de la ciudad de Pontevedra, pertenece al municipio de Poio y es una de las localidades con más concentración de turistas por metro cuadrado.es una de las localidades más visitadas de toda Galicia. Son famosas las imágenes de sus hórreos dando al mar, de hecho, es la localidad con mayor concentración de hórreos de toda Galicia. Casi todo el pueblo está construido en granito, la piedra gallega por excelencia. No sólo los hórreos, si no también las casas y cruceiros.Lo más característico de Combarro son sus hórreos. Estas construcciones, típicas de las zonas rurales de Galicia y Asturias se utilizaban y aún ahora se utilizan para guardar grano y alimentos, como carne y pescado. Combarro tiene nada más y nada menos que 60 hórreos, de los cuales 30 están alineados frente al mar. Esta situación dando a la ria, facilitaba el transporte de mercancías por el agua entre las distintas poblaciones, en vez de por las estrechas carreteras de antaño.  Precisamente esa imagen de los hórreos dando al mar es la que ha hecho famosa a esta pequeña localidad. 
Tan característicos y gallegos como los hórreos son los cruceiros de piedra y granito que también abundan en Combarro. Los cruceiros son habituales en los pueblos celtas como Bretaña, Irlanda y también en Galicia.  Parece ser que protegían los cruces de caminos donde se creía que se realizaban reuniones de meigas, convirtiéndose en lugares seguros. Los cruceiros de Combarro cuentan con la particularidad de que la figura de la virgen tallada en ellos mira siempre hacia el mar.
En Combarro se pueden además comprar y probar productos típicos de las Rías Baixas, como el Albariño cosechero que venden muchas casas particulares o la riquísima empanada de maíz, una delicia. Hoy en dia muchos de las pequeñas tiendas y negocios tradicionales se han convertido en obligadas tiendas de turistas y pequeños bares.

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MOLINOS DE BAROSA, Barro.
13,1 km > 15 min. en coche (Google maps)


    


Este parque natural es denominado “Ría de Barosa” debido a que por aquí discurría un antiguo camino al que se le conocía con este nombre. En Galicia los ríos de tamaño pequeño suelen adoptar el nombre por el lugar por donde pasa. Así el Río Agra se convierte en el Barosa y más adelante pasa a ser el Río Chaín, andes de unirse al Umia. Por ello tampoco sería erróneo llamar a este parque como del Río Barosa. Demos el nombre que le demos nos quedamos con la increíble belleza de este lugar.
SALINAS DE ULLÓ, Vilaboa.           
15,7 km > 27 min. en coche (Google maps) 

En Vilaboa existen los restos de unas salinas del siglo XVII que han sido restauradas en la primera década del siglo XXI. La zona del pequeño valle donde se encuentra el conjunto intermareal y etnográfico se denominaba Ulló o Ullóo hace tiempo y por ello se denominan Salinas de Ulló actualmente, aunque se ubique en el barrio de Paredes. El Rego Tuimil y el Villil desembocan en una bahía de la Ensenada de San Simón formando unas hermosas marismas de agua salada de bajo nivel. Cuando sube la marea la tierras bajas se inundan pasando a formar parte de la ría. Por eso fue, que en 1637 se aprovechara la bahía para crear unas grandes salinas. Se construyeron casi 1 km de dique para contener las aguas saladas. El gran dique de ensenada que cerraba la bahía tiene una longitud de casi 340 m y tres de alto. Todos estos muros estaban construídos en mampostería de granito pertenecientes a canteras cercanas. Estaba provisto de pequeñas compuertas para el agua de la pleamar. Así el agua era retenida en la ensenada y en las mismas marismas. Allí, mediante el proceso de desecación solar se conseguía que el cristal de la sal contenida en el agua del mar cristalizara sobre la superfecie y así pudiera recogerse para diversos usos. Sobre las marismas adyacentes se formaban las cristalizaciones de sal que era extraída y luego elaborada. Se crearon diques para separar las salinas que hoy son unas marismas llenas de gran interés faunístico y vegetal. Las salinas alcanzarían unas dimensiones de más de 20.000 ha.. Estas salinas comezaron a ser explotadas por el Colegio de los Jesuítas de Pontevedra en 1694 y su uso se remonto prácticamente hasta el siglo XX. +INFORMACION
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