


En Vilaboa existen los restos de unas salinas del siglo XVII que han sido restauradas en la primera década del siglo XXI. La zona del pequeño valle donde se encuentra el conjunto intermareal y etnográfico se denominaba Ulló o Ullóo hace tiempo y por ello se denominan Salinas de Ulló actualmente, aunque se ubique en el barrio de Paredes. El Rego Tuimil y el Villil desembocan en una bahía de la Ensenada de San Simón formando unas hermosas marismas de agua salada de bajo nivel. Cuando sube la marea la tierras bajas se inundan pasando a formar parte de la ría. Por eso fue, que en 1637 se aprovechara la bahía para crear unas grandes salinas. Se construyeron casi 1 km de dique para contener las aguas saladas. El gran dique de ensenada que cerraba la bahía tiene una longitud de casi 340 m y tres de alto. Todos estos muros estaban construídos en mampostería de granito pertenecientes a canteras cercanas. Estaba provisto de pequeñas compuertas para el agua de la pleamar. Así el agua era retenida en la ensenada y en las mismas marismas. Allí, mediante el proceso de desecación solar se conseguía que el cristal de la sal contenida en el agua del mar cristalizara sobre la superfecie y así pudiera recogerse para diversos usos. Sobre las marismas adyacentes se formaban las cristalizaciones de sal que era extraída y luego elaborada. Se crearon diques para separar las salinas que hoy son unas marismas llenas de gran interés faunístico y vegetal. Las salinas alcanzarían unas dimensiones de más de 20.000 ha.. Estas salinas comezaron a ser explotadas por el Colegio de los Jesuítas de Pontevedra en 1694 y su uso se remonto prácticamente hasta el siglo XX. +INFORMACION
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